martes, 6 de marzo de 2012

Rosa Luxemburgo


Rosa Luxemburgo nació el 5 de marzo de 1871 en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia entonces controlada por Rusia, en el seno de una familia de origen judío. Su padre fue Eliasz Luxemburg III, comerciante de maderas judío, y su madre Line Löwenstein. Tuvieron cuatro hijos antes de Rosa, la cual nació con un defecto en el crecimiento que la discapacitó físicamente toda su vida. Después de estar postrada en cama por una dolencia en la cadera a la edad de cinco años, se quedó con una cojera permanente.2
Al mudarse a Varsovia, Rosa asistió a un instituto femenino de segunda enseñanza (Gymnasium) desde 1880. Incluso a esa edad tan temprana, Rosa aparece ya como miembro del partido polaco izquierdista «Proletariat» desde 1886. Este partido se fundó en 1882, 20 años después de la aparición de los partidos obreros en Rusia, e inició su andadura política con la organización de una huelga general, tras la cual el partido fue desbaratado y cuatro de sus líderes fueron condenados a pena de muerte. Algunos de sus miembros consiguieron reagruparse en secreto, uniéndose Rosa a uno de estos grupos.
En 1887 Rosa terminó la educación secundaria con un buen expediente, pero tuvo que huir a Suiza en 1889 para evitar su detención. Allí asistió a la Universidad de Zurich junto a otras figuras socialistas, como Anatoli Lunacharsky y Leo Jogiches, estudiando filosofía, historia, política, economía y matemáticas de forma simultánea. Sus áreas de especialización fueron la teoría del Estado, la Edad Media y las crisis económicas y de intercambio de stock.
En 1890, la ley de Bismarck que prohibía la socialdemocracia fue derogada, lo cual permitió que un legalizado Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) consiguiera escaños en elReichstag. Una vez en él, y a pesar de su discurso comunista, los miembros socialistas del parlamento centraron su labor cada vez más en la obtención de ventajas parlamentarias y en su enriquecimiento personal[cita requerida].
Rosa Luxemburgo, por el contrario, se mantuvo en sus principios marxistas. En 1893, junto a Leo Jogiches y Julian Marchlewski (alias Julius Karski), fundaron el periódico La causa de los trabajadores (Sprawa Robotnicza), oponiéndose a las políticas nacionalistas del Partido Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que una Polonia independiente sólo podía surgir tras una revolución comunista en Alemania, Austria y Rusia. Ella mantenía que la lucha debía focalizarse en contra del capitalismo, y no en la consecución de una Polonia independiente, negando por lo tanto el derecho de autodeterminación de las naciones bajo el socialismo, lo cual causaría su posterior enfrentamiento con Lenin.
Junto con Leo Jogiches cofundó el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia (SDKP), que posteriormente se convertiría en el Partido Socialdemócrata del Reino de Polonia y Lituania (SDKPiL) al unirse a la organización socialdemócrata de Lituania. A pesar de vivir durante la mayoría de su vida adulta en Alemania, Rosa Luxemburgo permanecía como la principal teórica de la socialdemocracia polaca, liderando el partido junto a Jogiches, su principal organizador.
En 1898, Rosa Luxemburgo obtuvo la ciudadanía alemana al casarse con Gustav Lübeck, y se mudó a Berlín. Allí participó activamente con el ala más izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), definiendo claramente la frontera entre su fracción y la teoría revisionista de Eduard Bernstein, atacándole en 1899 en un folleto titulado ¿Reforma Social o Revolución?. La habilidad retórica de Rosa pronto la convirtió en una de las líderes portavoces del partido. Ella denunció repetidamente el creciente conformismo parlamentario del SPD frente a la cada vez más probable situación de guerra. Rosa insistió en que la crítica diferencia entre capital y trabajo sólo podía ser contrarrestada si el proletariado tomaba el poder y se producía un cambio revolucionario en todo el contexto de los medios de producción. Quería que los revisionistas abandonaran el SPD, lo cual no tuvo lugar, pero al menos consiguió que el líder del partido, Karl Kautsky, mantuviera el marxismo en el programa del partido, incluso cuando su intención era exclusivamente aumentar el número de escaños en el Reichstag.
Desde 1900, Rosa Luxemburgo expresó sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales en varios artículos en periódicos de toda Europa. Sus ataques al militarismo alemán y al "imperialismo" se volvieron más insistentes conforme vislumbraba la posibilidad de la guerra, e intentó persuadir al SPD de significarse en la dirección opuesta. Rosa Luxemburgo quería organizar una huelga general que uniera solidariamente a todos los trabajadores y evitar la guerra, pero el líder del partido se opuso, lo que provocó su ruptura con Kautsky en 1910.
Entre 1904 y 1906 su trabajo se vio interrumpido a causa de tres encarcelamientos por motivos políticos. Sin embargo, Rosa Luxemburgo mantuvo su actividad política; en 1907 tomó parte en el V Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en Londres, donde se entrevistó con Lenin. En el Segundo Congreso Socialista Internacional en Stuttgart, presentó la resolución —que fue aprobada— de que todos los partidos obreros europeos debían unirse para evitar la guerra.
Por esos años, Rosa comenzó a enseñar marxismo y economía en el centro de formación del SPD en Berlín. Uno de sus alumnos fue el que más tarde se convertiría en líder del SPD y primer presidente de la República de Weimar, Friedrich Ebert.
En 1912, su cargo de representante del SPD la llevó a los congresos socialistas europeos como el que tuvo lugar en París. Ella y el socialista francés Jean Jaurès propusieron que en el caso de que estallara la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Al ocurrir el atentado de Sarajevo contra el archiduque Francisco Fernando y su mujer, que fueron asesinados en Sarajevo el 28 de junio de 1914, y aparecer la guerra ya inevitable, organizó varias manifestaciones (por ejemplo la de Fráncfort) llamando a la objeción de conciencia en el servicio militar y a no obedecer las órdenes. A causa de esto, fue acusada de «incitar a la desobediencia contra la ley y el orden de las autoridades» y sentenciada a un año de prisión. Su detención, sin embargo, no se produjo inmediatamente, lo que le permitió tomar parte en una reunión de la dirección socialista en julio, en la que confirmó que el sentimiento patriótico de los partidos obreros era más fuerte que su conciencia de clase.









Revolución Espartaquista

Desde noviembre de 1918 había surgido una gran agitación revolucionaria en Alemania, tras el derrocamiento de la monarquía y proclamación de la República de Weimar, siendo que el nuevo régiemn se enfrentaba a poderosas tensiones internas, causadas por facciones políticas mutuamente enfrentadas: monárquicos, oficiales del ejército sindicatos socialistas y comunistas, y ahora los soldados de menor rango que cuestionaban abiertamente a su oficialidad.

El nuevo gobierno presidido por el socialdemócrata Friedrich Ebert trataba de mantener el orden interno y presentar un frente unido ante las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial. Para ello, el gobierno precisaba aseguarse la obediencia de las tropas desmovilizadas del Reichsheer e impedir que los recién creados sóviets de obreros y soldados fuerna un desafío abierto contra el régimen.
Por el otro lado, la repentina derrota causó un clima de incertidumbre social en Alemania, agravado por las noticias de la Revolución Rusa donde los comunistas bolcheviques de Lenin habían aprovechado la descomposición de un gobierno moderado para impulsar un radical cambio de régimen.

El levantamiento empezó al proclamarse en diciembre de 1918 el Primer Congreso Soviético de Alemania en Berlín. Sus delegados, miembros de los Consejos de Trabajadores y Soldados, y bajo influencia del Partido Comunista de Alemania, solicitaron poco antes de Navidad la destitución del Mariscal Paul von Hindenburgcomo Comandante en Jefe, la disolución del Ejército Regular y su sustitución por una guardia civil cuyos oficiales serían elegidos por sus hombres.
El gobierno socialdemócrata de Friedrich Ebert rehusó acceder a ello, siendo apoyado por el Ejército, representado por Hindenburg, y manteniendo una tensa calma en los últimos días de 1918. No obstante, el 5 de enero los izquierdistas más radicales, ahora apoyados por la Liga Espartaquista, enviaron a la llamadaDivisión Popular de Marina a tomar la sede del periódico Vörwarts, vocero del SPD y amenazaron las sedes administrativas de la Wilhelmstrasse y el Edificio de la Cancillería, siguiendo el esquema de revuelta en la capital a semejanza de la Revolución Rusa.
No obstante, el primer movimiento revolucionario fue empezado por las masas del Primer Congreso Soviéticoque proclamaron la huelga general y proyectaron el derrocamiento del gobierno, aunque sin contar con la aprobación del Partido Comunista de Alemania, que no juzgaba oportuno el momento para un levantamiento de obreros y soldados.
La líder comunista Rosa Luxemburgo postulaba que la situación alemana no era igual a la de Rusia, y que con soldados desmovilizados no había forma de establecer una masa de combatientes suficiente. Por otro lado, el régimen bolchevique ruso se enfrentaba aún a la reacción zarista auspiciada por los gobiernos francés y británico, por lo cual no estaba en condiciones de brindar ayuda eficiente a los comunistas alemanes. Para colmo, el gobierno de Ebert trataba de calmar la incertidumbre de los obreros sobre el pago de jornales ofreciendo que el gobierno de Estados Unidos, dirigido por Woodrow Wilson, ofrecería ayuda financiera de emergencia para evitar el descontento social en Alemania. Pese a ello, el jefe de la Liga Espartaquista, Karl Liebknecht, determinó que la Liga apoyase al revuelta de los huelguistas y se pusiera al frente de ella, calculando que éste sería el momento más adecuado para imitar en Alemania el ejemplo ruso de la Revolución de Octubre y derrocar al régimen de Ebert.
El socialista Gustav Noske fue designado Ministro de Defensa Nacional el 6 de enero y declaró: "Alguien tiene que ser el perro de caza", dando órdenes para lanzar una reacción armada contra los huelguistas y sus aliados, aunque aún Ebert trató de ganar tiempo requieriendo negociaciones con los sublevados espartaquistas, pero al saber los delegados dePrimer Congreso Soviético que Ebert y el SPD reclamaban participar en en el Congreso, se rompieron todas las negociaciones el 8 de enero.