miércoles, 6 de junio de 2012

Radovan Karadžić



Radovan Karadžić (serbio cirílico: Радован Караџић). Nacido el 19 de junio de 1945 en Petnjica, Yugoslavia (actualmente Montenegro), es un ex político serbobosnio, que ocupó el cargo de presidente de la República Srpska entre 1992 y 1996. Licenciado en Psiquiatría, está acusado de genocidio, crímenes de guerra y otros cargos por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) de La Haya, delitos cometidos durante la guerra de Bosnia. La directiva 61 del TPIY formuló una petición de arresto internacional contra Karadžic el 11 de julio de 1996, argumentando razonables motivos para su procesamiento, lo que motivó su huida y desaparición. El gobierno de Estados Unidos llegó a ofrecer una recompensa de $ 5 millones para el arresto de Karadžic y de Ratko Mladić. Fue detenido en Belgrado por agentes del BIA (Servicio secreto de Serbia) la noche del 21 de julio de 2008. Se hacía pasar por médico alternativo, luciendo una tupida barba que lo hacía casi irreconocible.
Karadžić fue acusado de ser responsable a nivel personal y de comando de numerosos crímenes de guerra contra personas no serbias, en sus roles de Comandante Supremo del Ejército de la República Srpska y de Presidente del Consejo de Seguridad Nacional de la República Srpska. Bajo su dirección y comando, las fuerzas serbobosnias iniciaron elsitio de Sarajevo y llevaron a cabo numerosas masacres a lo largo de Bosnia. Miles de personas fueron asesinadas, expulsadas de sus hogares o hechas prisioneras en campos de concentración. Karadžić está acusado de ordenar la masacre de Srebrenica en 1995, dirigiendo a las fuerzas serbobosnias para crear una "situación insoportable de inseguridad total sin esperanza de vida futura" en la zona segura de la ONU. Adicionalmente, se le acusa de ordenar secuestrar a personal de las Naciones Unidas entre mayo y junio de 1995.
Fue acusado en conjunto por el Tribunal Internacional para la ex-Yugoslavia en 1995, junto con el general Ratko Mladić. Las acusaciones son:
  • Dos cargos de genocidio;
  • Cinco cargos de crímenes contra la humanidad;
  • Tres cargos de violaciones de las leyes de guerra;
  • Un cargo de infracción grave a las Convenciones de Ginebra.
Pero Karadžić decidió eludir su procesamiento y se dio a la fuga, y a pesar de su búsqueda infructuosa por comandos de la OTAN y otros organismos internacionales (el gobierno de los Estados Unidos llegó a ofrecer una recompensa de 5 millones de dólares por cualquier pista que condujese a su detención), consiguió mantenerse en paradero desconocido.